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TV3, ¿un medio independiente o independentista?

 

tv3

Ariadna Cañameras y Lluís Llaquet

Independencia sí, independencia no. Sin duda en Cataluña es un tema escabroso y los medios de comunicación públicos se hacen eco de ello. Hasta el punto de que, según datos del  Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC), TV3, la televisión pública catalana, le dedicó sólo en julio de este año 1 hora y 46 minutos durante los programas informativos -sin contar magazines, debates o programas de humor- . Más del triple de tiempo del que se le dedicó al problema del paro, que afecta a casi uno de cada cuatro catalanes, o al caso Palau, uno de los asuntos de corrupción más importantes de la historia de la comunidad. Pero, ¿lo que se emite o se deja de emitir afecta a cómo la audiencia va a entender su realidad?

“Que la opinión pública se construye a partir de la opinión publicada es bastante evidente”. Así de claro lo deja el profesor y experto en comunicación audiovisual, Carles Lamelo. Por lo tanto, los medios de comunicación influyen en la opinión de las personas. Y todavía más la televisión. Según Carme Figueras, consellera del CAC, “si tenemos en cuenta las estadísticas, el consumo de televisión es de entre 3 y 4 horas al día por persona”. Pero, ¿tanta influencia puede tener lo que se diga en la pequeña pantalla?

Si un medio, y en especial la televisión que es el que llega a más gente, refleja como mayoritario un pensamiento, aunque este no sea multitudinario, la tendencia del espectador es de sumarse a esa forma de pensar: sucede lo que se llama en sociología el ‘efecto bandwagon’. Es decir, que los ciudadanos hacen o creen ciertas realidades fundándose en el hecho o en el convencimiento de que otros piensan lo mismo. Como afirma el sociólogo Javier Barraycoa, “si tú dices que hay un 70% de independentistas en Cataluña y lo vas machacando, al final habrá un 70% de independentistas”.

Pero, ¿hasta qué punto los medios de comunicación públicos, y en especial las televisiones, hacen uso de este poder? ¿Son utilizados por el poder político para cambiar la opinión pública? ¿Puede la realidad que nos presentan estar adulterada según los intereses de quienes ostentan el gobierno? Y más en particular, en Catalunya, ¿es verdad, como asegura Figueras, que “en TV3, la barrera de la neutralidad e imparcialidad que debería tener un medio público, a veces, se traspasa en el tema de la independencia”? Es decir, en temas cruciales, ¿toman parte militante las televisiones públicas, o se limitan a informar de forma imparcial y neutral?

 

Javier Barraycoa, Sociólogo y profesor de la Universidad Abat oliba
Javier Barraycoa, Sociólogo y profesor de la Universidad Abat oliba

A diferencia de los medios de comunicación privados, las televisiones públicas se caracterizan por ejercer una función social: tienen como prioridad ofrecer servicios informativos para que la sociedad comprenda lo que sucede alrededor, porque no hay que olvidar que la información es un derecho fundamental. De este modo, los grandes debates sociales y políticos se dirimen, en principio pluralmente, en los medios públicos: son unas televisiones financiadas por todos los ciudadanos y, por lo tanto, todos tienen que sentirse representados.

¿Pero son realmente independientes? Mònica Terribas, ex directora de TV3 y actual presentadora de Els matins de Catalunya Radio, apunta que “los medios públicos están protegidos a través de los colegios profesionales” y, Ana Bordas, directora de RTVE Cataluña, señala que “la televisión pública tiene que buscar la pluralidad y ser rigurosa”, aunque añade que “conseguir la imparcialidad total es casi imposible”. Lo cierto es que, como afirma Lamelo, hay una “cierta dirección política de los medios de comunicación públicos, en España y en Cataluña”, pues por desgracia, “no tenemos un modelo de independencia informativa”.

Según el artículo 29 de la ley 22/2005 de la comunicación audiovisual de Cataluña, los medios públicos deben ser “autónomos con relación al Gobierno” y sus responsables son elegidos “según examen de capacidades, méritos e idoneidades”, aunque “el Parlament y el CAC son los máximos responsables de la gestión del ente público”. Es decir, que los profesionales gozan de autonomía pese a ser elegidos por la política, algo que Terribas defiende puesto que “muestra un equilibrio entre todas las fuerzas políticas”; a lo que agrega que “los profesionales hacen su trabajo de manera independiente”. Figueras, por el contrario, proclama que “en los últimos 23 años en la televisión catalana” promovidas por los gobiernos “se han ido involucrando un seguido de personas militantes del independentismo y esto les está haciendo perder parte de su neutralidad”.

Mònica Terribas, presentadora de Els matins de Catalunya Radio y ex directora de TV3
Mònica Terribas, presentadora de Els matins de Catalunya Radio y ex directora de TV3

Volviendo a los datos del CAC, en el informe de pluralismo de agosto de 2013, muestra que el tiempo que los informativos de TV3 dedicaron al tema de la Vía Catalana por la independencia organizada por la Assamblea Nacional Catalana (ANC) fue de 32 minutos, superior al que destinaron a indicar el riesgo por incendios y medidas de prevención o al descarrilamiento del tren en Santiago de Compostela. “Lo que ha hecho TV3 es reforzar otras acciones que por sí mismas no hubieran tenido tanta fuerza”, remarca el sociólogo Barraycoa, “la televisión pública catalana por sí sola tampoco lo hubiera logrado”. Por su parte, Figueras constata que “en días anteriores al 11 de septiembre, algunos consellers del CAC veíamos que objetivamente se había incitado a la participación a la manifestación por la independencia cuando esto no debería de ser así en una televisión pública”.

Pero, si “TV3 solo tiene un 23% de cuota de pantalla”, tal y como afirma Terribas, ¿no significaría eso que “como casi un 80% de la población vé otros canales no catalanes, la amplia mayoría debería estar en contra de la independencia”?

Lo cierto es que, pese a lograr un share no tan significativo, sólo el día de la Vía Catalana más de 4 millones de personas estuvieron viendo TV3 en algún momento, con una cuota de pantalla no muy superior a la normal (30% de media). Teniendo en cuenta que en Cataluña se rondan los 7 millones de habitantes y que muchos estaban participando de alguna de las actividades que se hacían durante toda la jornada y no pudieron ver la televisión, queda claro que la capacidad de influencia de TV3 es muy superior a la de su share y que no sólo lo sigue gente potencialmente independentista. Además, la cadena es líder de audiencia en la comunidad autónoma.

 

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Cadena por la independencia de Cataluña organizada el 11 de Septiembre de 2013

Ahora bien, también es cierto que hay una buena parte de la población que participa y comulga con este sentimiento independentista y que sería ilógico que la televisión pública catalana no le diera amplia cabida dentro de su programación. Al final, como afirma Lamelo, el crecimiento del sentimiento independentista es una “construcción compartida”. Para parte del tejido social catalán es un tema crucial. Los partidos políticos, conscientes de ello, lo añaden a su discurso y TV3 lo recoge y lo suma a la agenda mediática.

Acerca de Lluís Llaquet