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«La prostitución no es sexo, es una cuestión de poder» Alicia Peressutti (II)

Alicia Peressutti trata infantil prosituciónAlicia Peressuti es la responsable de Vínculos en Red, una ONG que se dedica a rescatar a víctimas de trata. En la primera parte de la entrevista nos hablaba a pequeña escala, ahora nos da una visión general del problema: ¿por qué los países no hacen nada? ¿hay solución? De todo esto hablamos con Alicia:

(PARTE I)

¿Por qué las víctimas de trata no denuncian lo que les pasa?

¿A quién vas a ir a denunciar la violación, la golpiza? Las chicas que han caído en estas redes de trata se sienten muy indefensas, y además se ven como llenas de culpa, como que valen muy poco para la sociedad. La trata al final es una cuestión de poder, donde hay una relación asimétrica.

¿De poder entre quién?

Siempre hay una persona que tiene las condiciones sociales para hacer de la otra lo que quiere. Cuando digo que la prostitución es una relación de poder a lo que me refiero es a que ahí no hay sexualidad. Un hombre que paga por los servicios de una prostituta, y que perfectamente podría tener relaciones de otro tipo, paga por una cuestión de poder: le va a hacer a esa chica o a ese chico, o a ese niño o niña, lo que quiera.

¿Existen cifras de la trata?

Algunas organizaciones tienen ciertas cifras, pero lo que yo les reclamo a los países es que no den cifras oficiales. La trata es el no-tema, se esconde bajo la alfombra y ningún país quiere hacerse cargo, pero las pocas cifras que hay son muy pobres, son incompletas. Se dice que en todo el mundo hay 21 millones de personas esclavizadas, pero te digo que eso no puede ser, han de ser más: si en Argentina solo ya hay 500.000 esclavos laborales, si en Brasil hay unos dos millones… En Asia la explotación sexual y la pedofilia están tan naturalizadas como aquí comer mandarinas. Las cifras que se dan son irrisorias, yo creo que la realidad de las cifras de niños captados son cinco veces más de las que se dan.

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¿Por qué este ninguneo?

Porque no quieren reconocerlo. La trata y la esclavitud son violaciones de los derechos humanos, y los países piensas que no reconociéndolo es como si el problema no existiera, como si en su suelo no se violaran derechos humanos. Los créditos de los bancos internacionales también están condicionados por los programas que los gobiernos estén llevando a cabo contra la droga y la trata, que son la misma mafia. Se relega este problema al “tercer mundo”, sin mirar en el propio país.

Hablas de la mafia.

Sí, el crimen organizado nunca estuvo tan organizado como ahora. La mafia tiene una manera de organizarse que les permite llegar a acuerdos fácilmente. Hay diferentes redes: de colombianos, de peruanos, de rusos, de japoneses… Pero todas se sostienen por las mismas cuatro patas para poder operar con la inmunidad con la que lo hacen.

¿Cuáles son?

Primero, la corrupción del sistema político: en todos los gobiernos ha de tener gente. Después la corrupción de las Fuerzas de Seguridad y también del sistema judicial. Cuando hablo de corrupción no me refiero solo dinero por servicios, también puede ser por mirar hacia otro lado y no hace nada. Y, por último, la indiferencia social, por parte de la gente.

¿Por qué se da esta indiferencia?

Porque es un tema áspero, porque no queremos sufrir, porque no queremos comprometernos porque estamos más cómodos viendo la tele y pensando “a mí no me va a pasar”. Es una sociedad que ha abrazado el individualismo, y esto es fatal.

Por último, a pesar de que el panorama esté tan negro, ¿hay esperanza? ¿qué se puede hacer?

Por supuesto que hay esperanza, y la esperanza está en el compromiso de la gente. Cada uno tiene que comprometerse en su lugar: el docente, en el aula; el comunicador, en su medio… Ayudar cada uno desde su espacio es la única posibilidad real de que esto cambie. No son necesarios grandes héroes sino personas comprometidas.

Acerca de Guillermo Altarriba