Nuestro entrevistado de hoy responde al pseudónimo de Ciudadano 014-Q, y es el autor de La Sangre del León Verde, un espacio de divulgación filosófica. Con él abordamos la teoría del monomito de Joseph Campbell, un tema más abstracto de lo habitual pero que tiene implicaciones prácticas muy interesantes ¿Qué es esto del monomito? La respuesta está en la entrevista:

Antes que nada, ¿qué es el monomito?
El concepto monomito fue utilizado por el antropólogo estadounidense Joseph Campbell para referirse a un modelo narrativo que aparece recurrentemente en diversas narraciones heroicas de todo el mundo. “El héroe de las mil caras”, publicado en 1949, es el ensayo en donde Campbell explica, más exhaustivamente, la estructura y funciones del monomito. Según el autor norteamericano los mitos heroicos no son meras narraciones fantásticas ni cuentos infantiles escritos para entretener, por contra, mantenía que los mitos heroicos eran diversos en su manifestación pero que tras las apariencias explicaban una misma historia. Esta historia profunda, oculta y común a muchos relatos heroicos, es tan frecuente porque refleja los conflictos del individuo en su proceso de maduración personal.
Por tanto, ¿qué implicaciones tiene?
El monomito de Campbell nos permitiría interpretar, por ejemplo, la retirada al desierto y las tentaciones de Jesús de Nazaret como metáfora de los miedos y peligros a los que en algún momento de nuestra vida nos enfrentamos todos. Pero no es solo un mensaje psicológico sino también metafísico. Es decir, el mito heroico, según la tesis del autor, no solo contendría un mensaje para dilucidar problemas existenciales sino también otras cuestiones más profundas como la realidad de nuestra conciencia o la dialéctica entre lo Uno y lo Múltiple. El antropólogo estadounidense tiene una deuda innegable con Carl Jung y su teoría del inconsciente colectivo.
¿En qué consiste esta teoría de Jung?
Jung planteaba que además de existir un inconsciente individual existía uno colectivo a todo el género humano. Este inconsciente contiene arquetipos que se repiten en todas las culturas. Algunos ejemplos pueden ser la muerte, los demonios o el más allá. Los arquetipos se reiteran, aunque adaptados a cada cultura e individuo concretos. Campbell, partiendo de estas ideas, desarrolla su teoría del mito del héroe y sus etapas; cree constatar que las figuras heroicas y la estructura de sus andanzas aparecen en diversos ámbitos culturales, lo que vendría a demostrar que forman parte de esa memoria común de la humanidad. Al igual que Jung, Campbell cree que existe una suerte de memoria común a todos los hombres que se manifiesta en sueños y mitos.

¿Podrías poner algún otro ejemplo concreto del monomito?
Según esta teoría, cualquier narración heroica se atiene a la estructura básica propuesta por Campbell. Ejemplos de estas figuras heroicas pueden ser Mahoma, Moisés, Buda… aunque también los héroes mitológicos como Hércules, Aquiles, Perseo… Por último, el esquema del monomito puede extrapolarse también a los héroes profanos que aparecen en cómics o películas como Batman, Luke Skywalker o incluso Neo de «Matrix».
Y concretamente, ¿cuál es esta estructura básica que Campbell dice descubrir?
El monomito consta de tres partes bien diferenciadas: la separación del mundo cotidiano, la penetración en alguna fuente de poder y, por último, el regreso a la vida con mayor plenitud.
¿En qué consisten?
La separación de la cotidianidad supone la ruptura del héroe con las ataduras sociales o personales. El protagonista de la aventura debe dejar su seguridad y monotonía para ir más allá de sus circunstancias concretas. En muchas ocasiones el héroe se rebela contra su destino pero, finalmente, tiene que atender a la llamada. El segundo paso, como he dicho, es la penetración en alguna fuente de poder. En esta etapa, el héroe se hace merecedor de alcanzar el fin de sus desvelos tras muchas dificultades y pruebas. El objetivo que ha motivado la búsqueda puede ser un arma poderosa, un elixir, una princesa… sea lo que sea lo que halle, el héroe quedará transformado por ello. Por ejemplo, el arma poderosa le hará un imbatible guerrero, el elixir le proveerá de poderes mágicos o la princesa le transformará en rey. Esta fase del monomito puede ser considerada como el triunfo del héroe.

Y la tercera fase es el retorno.
Sí, el regreso a la vida abandonada. Esta tercera etapa tiene una dificultad y es la tentación de permanecer en el mundo mágico que ha sido conquistado, además del miedo a no adaptarse al viejo mundo que se dejó. Tras diez años de lucha en Troya, Odiseo se siente tentado a permanecer con Calipso eternamente. Como el hijo pródigo, el héroe que vuelve ya no es el mismo que marchó.
¿Crees que Campbell acertó? Es decir, ¿qué validez se le puede dar a esta teoría?
A mi juicio la teoría del monomito es una vía interpretativa sobre el hecho religioso interesante pero no definitiva. Campbell, como él mismo reconoce en la obra citada, parte desde una perspectiva analógica; es decir, se centra en analizar las similitudes entre los diferentes mitos heroicos pero no las diferencias. Por ejemplo, el mito de Leda y Zeus tiene evidentes similitudes con el mito cristiano de la Divina Concepción. En el mito griego, Dios (Zeus – Espíritu Santo) deja embarazada a una mortal (Leda – María) tomando la forma de un ave (cisne – paloma). ¿Son relevantes estas similitudes? Sin duda. De hecho, nos permiten ver el fenómeno religioso como un proceso continuo en donde se producen paralelismos e influencias innegables; ahora bien, ¿no son las diferencias entre ambos mitos al menos tan importantes como las similitudes para una verdadera comprensión?
¿En qué sentido?
Ciertamente, el hecho de que Leda sea esposa de un rey y María de un carpintero no es baladí, y tampoco el hecho de que Leda sea un amorío más entre otros de Zeus mientras que la Virgen María es la única mortal de la que se tiene constancia que ha engendrado un hijo con el Espíritu Santo. Lo que quiero decir, en definitiva, es que el monomito de Campbell permite una visión amplia del fenómeno del héroe y de las influencias que tales relatos han tenido sobre otras narraciones pero no una comprensión de los mitos ni las religiones concretas.

Es como una simplificación…
Algo tan complejo como la religión y sus relatos mitológicos debe ser analizado desde una perspectiva plural. Aunque no podemos negar la importancia que tiene el símbolo y el mensaje en toda religión, abstraer los relatos heroicos del contexto material y socio-político en donde se insertan los simplifica demasiado; de esta manera es sencillo establecer paralelismos entre relatos separados temporal y geográficamente. Los condicionantes materiales me parecen igual de relevantes que los ideológicos para comprender cualquier fenómeno religioso. Cuestiones acerca del status quo sobre el que se asentaban los relatos heroicos no son planteadas por Campbell en su obra; y mucho menos son objeto de controversia los roles de género que tales relatos transmiten o los presupuestos sociales que asumen.
¿Podemos sacar alguna conclusión de “El héroe de las mil caras” a pesar de todo esto?
Muchas, me atrevería a decir. A pesar de las lógicas limitaciones que tiene, la teoría del monomito señala hechos y paralelismos que suelen pasarse por alto. Por ejemplo, aunque la obra de Campbell parte de ciertos presupuestos explícitos sobre el valor y sentido del hecho religioso también anima a que el lector perciba la religión como un fenómeno amplio que abarca milenios y que no es nunca ajeno a influencias externas. El gusto por la narrativa es, a mi juicio, más fundamental que la inclinación religiosa. En “El héroe de las mil caras”, el autor sabe presentar a la religión de una manera sugerente porque la hace enlazar con la narración. Quizás narración y religión no estén tan separadas como solemos pensar y podríamos llegar a preguntarnos si la mente infantil ve la diferencia entre el cuento de Caperucita Roja y el de Judith; para el creyente uno es una mera fábula mientras que otro es verdad revelada, pero ¿es el niño capaz de captar la distinción?

En otro orden de cosas, Christopher Vogler publicó una guía para escribir guiones de cine basándose en la teoría de Campbell, ¿cuál es la influencia de esta estructura en las películas de Hollywood?
No conozco la obra de Vogler pero una vez hube leído “El héroe de las mil caras” me enteré de que George Lucas se había inspirado parcialmente en la obra para escribir el guión de Star Wars. Aún así, te diría que no creo que conocer la estructura del monomito sea una condición ni necesaria ni, mucho menos, suficiente para elaborar un buen guión. En primer lugar, porque conocer la estructura introducción-nudo-desenlace tampoco garantiza una buena obra narrativa; y en segundo lugar, porque si es cierta la hipótesis de Campbell, el monomito forma parte de la mente inconsciente de cualquier persona y, por tanto, el creador de un guión no necesitaría conocerlo explícitamente para reflejarlo en su obra.
¿Y en nuestro modo de entender la realidad? ¿Puede ser que queramos entender lo que pasa en clave a estructuras como la del monomito? Me refiero a la estructura de las noticias, por ejemplo.
Efectivamente, si buscásemos elementos del monomito en la vida de nuestro perro o en las andanzas de Nobita y Doraemon seguro que los encontraríamos. Por eso no hay que forzar los mitos, ni la realidad en general, con nuestras estructuras explicativas. El monomito es, como cualquier otra teoría, una simplificación de la realidad: las religiones y los mitos heroicos son demasiado plurales como para pretender introducirlos a todos en el esquema propuesto por Campbell; sin embargo, ese esquema simplificador sí que nos dota de una visión amplia sobre unos fenómenos que en lo concreto nunca podríamos abarcar.