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«Las manifestaciones ya no son disidencia, son puro tedio» Alex Dennis

El Dr Alex Dennis ha estado involucrado en la disidencia y la protesta social toda su vida. En su juventud como activista y ahora como investigador, el estudioso ha vivido el fenómeno en Reino Unido desde dentro y desde fuera. Nos hemos reunido con él en su despacho de la Universidad de Sheffield para hablar sobre violencia, manifestaciones, extrema izquierda y desilusiones. Visto así, hemos salido bastante enteros:

Alex Dennis manifestaciones protestas riots UK manisHas estado involucrado en el estudio de las protestas ciudadanas durante al menos dos décadas, ¿qué ha cambiado?

Se han vuelto aburridas. El tipo de manifestaciones que se han dado en los últimos años –y esto lo veo especialmente en Londres- se organizan desde arriba. La gente se reúne, hay algún discurso al final y cuando termina todo el mundo a su casa. En este tipo de manifestaciones, la sensación es de tedio, de que cualquier síntoma de disidencia está disipado por el ansia de tener mucha participación.

¿En qué sentido?

En el de que el objetivo ahora parece ser simplemente reunir al mayor número de personas posible y ya. El problema es que no todo es cuestión de número. Me explico: si en vez de 80.000 pasmarotes tienes 5.000 manifestantes que causan un daño por valor de 10 millones de libras o si una parte de los que vengan después organizan cosas en sus propias comunidades, ¿no es más efectivo? Es muy distinto congregar personas que conseguir que sean realmente activas políticamente. Mirando atrás, es muy distinto a los 80, un tiempo en que la acción directa era el esquema básico.

¿“Acción directa” es un eufemismo de violencia?

No, “acción directa” significa que en vez de preguntarle a los poderosos si puedes hacer algo, lo hagas tú mismo. Que si estás protestando contra un impuesto, en vez de quejarte simplemente no lo pagues. Por ejemplo, en los 80 los Verdes llevaron a cabo una serie de boicots contra negocios, de liberaciones de animales… Eso es acción directa: no es preguntarle a los políticos sino provocar una situación económicamente inviable y evidente para todo el mundo. En cierto sentido, haciendo esto te saltas la jerarquía del poder y permites que el público sea consciente de qué está ocurriendo.

Alex Dennis manifestaciones protestas riots UK manis 15M

¿Ya no existe este espíritu hoy en día?

En cierto modo sigue existiendo, pero está mucho más organizado desde arriba, mucho más burocratizado. Ahora bien, dicho esto, siempre hay sangre nueva, grupos nuevos entrando en escena con nuevas ideas. Pero en el momento en que dejó de interesarme el estudio de las protestas fue porque, como te decía, se volvieron aburridas.

¿Por qué?

Hay varias razones. Primero por la crisis, que empezó en 2007. Los grupos de protesta no estaban preparados para hacerle frente. Tenían ciertas técnicas y ciertos recursos, pero no fueron capaces de adaptarse al nuevo contexto. Esto hizo que afloraran contradicciones y tensiones que hasta entonces estaban latentes. Se daba el absurdo de grupos manifestándose contra los aeropuertos y el malgasto de recursos, diciendo que la gente no debería ir de vacaciones cuando la gente realmente no tenía dinero para ir de vacaciones.

No tiene mucho sentido, desde luego…

Otro factor es el surgimiento de nuevos tipos de protestas que estaban separadas de los grupos tradicionales, como las revueltas estudiantiles de 2010 o los disturbios de 2011. Fueron protestas reales pero muy desconectadas de los grupos que tradicionalmente se encargaban.

Participar en política, aunque sea a través de una protesta, cambia tu forma de ver el mundo

¿Desconectadas?

Muchas de estas se centraron en plantar campamentos o en ocupar temporalmente zonas públicas, un método muy distinto a las movilizaciones urbanas tradicionales. También con las protestas más recientes hubo un sentimiento de fascinación, de ilusión ante todas las cosas que iban a ocurrir… y no pasó nada. Simplemente las protestas se desvanecieron. Parecía que con el movimiento estudiantil y todo lo demás se estaba abonando un suelo fértil para que creciera algo más, pero no. Mucha de la energía simplemente se ha disipado.

Viendo esto uno se pregunta si vale la pena manifestarse, porque la sensación es que la gente sale a la calle, protesta y todo sigue igual…

Bueno, eso depende del caso. Después de las protestas de 1991 hubo un gasto público importante, especialmente en jóvenes de raza negra. Es cierto que tras las de 2010 no se consiguió nada en este sentido, pero aun así no son inútiles. Las protestas tienen la capacidad de reunir a los ciudadanos y de hacernos conscientes de nuestro propio poder. Participar en política, aunque sea a este nivel de base, te cambia y cambia la forma en la que ves el mundo. El problema es que las revueltas de 2011, aunque se extendieron por todo el Reino Unido, no lograron que los involucrados se constituyeran en algo más, en grupos. Se mantuvieron como individuos, y por eso no hubo consecuencias ni seguimiento.

Sobre la violencia de la que hablábamos antes, ¿hasta qué punto hace que una protesta sea más eficaz?

Depende de qué estés haciendo, claro. Si estás llevando a cabo una acción particularmente violenta o disruptiva y eres un grupo muy minoritario, simplemente quedas como un idiota. Si, en cambio, es un movimiento social muy extendido con una cantidad masiva de gente y hay destrucción o violencia urbana implicada, tiene más sentido. También hay otros casos en los que la violencia es la esencia de la protesta.

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¿Por ejemplo?

En los 90 había un grupo de extrema derecha, el British National Party, que se vio forzado a moverse hacia la política electoral, la de partidos y parlamentarios, debido a que todos los intentos de movilización urbana que llevaron a cabo fueron saboteados por grupos anti-fascistas. Un intento de manifestación de este partido acababa en el hospital, y esto les llevó a tener que replegarse. La violencia suele formar parte de una estrategia más grande, en definitiva.

En este ejemplo los grupos anti-fascistas que dices no parecen demasiado diferentes a los de extrema derecha…

Cierto, a menudo ciertos grupos fetichizan la violencia. En casos como este, grupos de extrema izquierda pasan a parecerse demasiado a los fascistas precisamente por el uso habitual de la violencia. A lo largo de la historia reciente vemos muchos grupos supuestamente anti-fascistas que se volvieron realmente autoritarios y militaristas.

Por último, los grupos de protesta pueden organizarse en un buen puñado de formas, ¿cuál es la más eficaz?

Depende del contexto, obviamente. Lo que sí es cierto es que esta actitud de “tenemos esta situación, ¿qué forma de organizarse es la mejor para afrontarlo?” no es usual. Normalmente los grupos continúan operando de la misma forma que han funcionado siempre, y si resulta que es una forma particularmente buena de afrontar un problema concreto es gracias a la casualidad, una coincidencia.

Los grupos de extrema izquierda que fetichizan la violencia se parecen al fascismo contra el que luchan

En este sentido, ¿dónde quedan los debates sobre la estructura vertical u horizontal…?

El modelo horizontal, de democracia asamblearia, comenzó a cuestionarse en serio hace cuatro o cinco años. No me refiero a que sea necesaria una estructura como la de un partido político, pero sobre-enfatizar la toma de decisiones de forma democrática y las asambleas lleva a ralentizar todo el proceso. Estas tácticas funcionan muy bien si necesitas tener varios puntos de vista que confluyan en el proceso y tienes mucho tiempo para organizarlo todo. Cuando se trata de manifestaciones en espacios abiertos es mucho más difícil que esto funcione: no puedes simplemente reunirte en medio de unos disturbios. En estos casos, la coordinación se vuelve algo importante, y para coordinar necesitas algún tipo de estructura.

En definitiva, que hay que mirar lo que pasa.

Si, y este es el problema de muchas de estas organizaciones: se centran en buscar un modelo –más jerárquico o más horizontal- pero pierden de vista lo que está ocurriendo. Si no alineas tu estrategia y tu modelo con lo que está ocurriendo en realidad, estarás manteniendo una cierta pureza pero no llegarás muy lejos. Y esto es lo que creo que ha ocurrido en la última década. Todo el mundo estaba preparado para hacer grandes protestas anti-capitalistas y demás, pero como consecuencia de la crisis estos proyectos ya no se corresponden con la realidad, con lo que está pasando.

Acerca de Guillermo Altarriba