Las aventuras de Schaefer El blog de Albert Schaefer
Para celebrar la buena resurrección del Señor quisimos hacerlo más cerca de Él. Así que nos fuimos a las montañas. La idea era bautizarnos en el ski de montaña, y buscamos un pico que ya hubieramos hecho para repetirlo con esquís, y si daba tiempo, crestear piolet en mano.
Salimos a las 6:30 am desde Barcelona destino Vallter2000, objetivo Bastiments (2881m). Íbamos Jaume, Juan y yo. Puntualísimos llegamos a las 8:30 a pistas y tocaba alquilar equipo: Esquís de montaña, botas, pieles de foca y cuchillas que no sacamos de su funda. A esto hay que sumarle crampones, piolet, mucho abrigo, comida y material basico de supervivencia por si se lía.
El primer paso era subir las pistas, cosas de Vallter que solo había pistas rojas en nuestra dirección, empezamos fuerte. Luego vamos a por el coll de la marrana, que tiene una pendiente exigente al final. Superado este punto perdimos a Juan. Esto de cargar tanto peso y en forma de esquís, no fue lo suyo. Lo abandonamos en una zona sin nieve, torrandose al sol y acurrucado aguantando el viento.
Ahora venía lo más duro, la pendiente final hasta la cima. Ya en los primeros 200m empecé a ver el mal estado de la nieve, que sumado a la pendiente, era demasiado para mi nivel de ski. No iba a poder bajar eso con los esquis puestos, así que decidí prescindir de ellos. Me senté en la nieve unos segundos, miré a la cima, miré el reloj, miré al cielo… Y dejé los esquis con sus focas en unas rocas. Saqué los crampones y los intenté encajar en las botas de skimo.
Jaume ya iba por delante mío, así que cogí buen ritmo para intentar alcanzarle, parando un par de veces a reencajar los crampones. Él no había soltado los esquis, su nivel de esquí es bastante superior al mío, y llegando a la cima nos reagrupamos para coronar juntos.
En la cima el viento y el frío eran considerables, no se estaba muy cómodo aunque las vistas eran como siempre un espectáculo, pero Juan estaba abajo, desde esa altura ya no lo veíamos y no molaba nada no saber del él, por más tranquilo y bien que estuviera, al no tenerlo localizado llegamos a pensar que se habría ido para abajo. Bad Business, debíamos bajar.
Primero yo, mientras Jaume quitaba las pieles de foca y se preparaba para bajar, me tocaba recuperar los esquís. La nieve estaba realmente mal, y los esquis de montaña no son lo mejor para bajar precisamente, es como llevar laminas de cartón, algo incontrolables sobre esas capas duras. No fue fácil, pero mantuvimos una velocidad controlada, lejos del precipicio a nuestra izquierda, y llegamos de nuevo a Juan y con él al coll de la marrana. Allí el tramo apenas se podía bajar esquiando, estaba muy muy pisado y duro. Tocó caminar de nuevo hasta a las pistas, bajar esquiando, y llegar a 5 mimutos de la horas límite para devolver el material.
Quedaba día para bajar tranquilos a por la comilona y comentar la jugada. El sol nos ha quemado a todos, señal del buen tiempo que hemos tenido, y hemos cerrado una excursion tradicional de skimo en la que hemos hecho una primera cata de este deporte de montaña.
Gracias equipo!
