Tras el Salón del Automóvil de Ginebra, que finalizó el pasado fin de semana, he escuchado distintas voces dentro del sector que observaban extrañados como las presentaciones, y anuncios de nuevos vehículos eléctricos había sufrido desaceleración. Lo que hasta nada inundaba todos los salones, en esta ocasión se había quedado en un segundo plano. Mi opinión es algo distinta.
No creo que se haya puesto freno, sino que estamos en un momento en el cual los grandes fabricantes ya han presentado lo que hace tiempo llevaban desarrollando, y ahora mismo hay pocas novedades que presentar, más allá de versiones híbridas o versiones enchufables de vehículos ya existentes.
Y en medio de este parón aparece como de la nada una marca nueva, con un nuevo modelo absolutamente revolucionario. Se trata de Quant, una pequeña compañía con la sede en Liechtenstein y que ha presentado en Ginebra dos modelos eléctricos, una berlina y un coupé que, asegura, están listos para salir al mercado.

¿Y que tienen de nuevo estos dos modelos? Pues básicamente su autonomía. En el caso de la berlina, el Quant F, la marca asegura que puede llegar a 800 kilómetros gracias a sus 4 motores eléctricos (uno en cada rueda) y dos depósitos que utilizan fluido iónico (uno con carga positiva y otro con carga negativa) para generar la electricidad, y no oxígeno o nitrogen como es el caso de otros modelos.

Por lo que respecta al coupé, el Quant Quantino, este también utiliza en deposito igual, pero solo emplea un motor de bajo voltaje, que le permite llegar a los 200 km/h y conseguir una autonomía de 1.000 kilómetros.
Mi pregunta es la siguiente: ¿Como es posible que las grandes empresas del sector con presupuestos increíbles no sean capaces de llegar ni a la mitad de la autonomía que logran estos dos modelos? En mi opinión puede haber 2 explicaciones: o todavía no les interesa desbancar por completo a los vehículos con motor tradicional, o bien el coste de producir estas tecnologías a gran escala todavía no es sostenible.
Lo cierto es que una pequeña empresa parece haber solucionado el principal problema de los vehículos eléctricos de hoy en día: la autonomía. Habrá que estar atento para ver como evoluciona el mercado, y si los grandes fabricantes ponen por fin remedio a este problema.