Mary Wollstonecraft Shelley. Frankenstein o el moderno prometeo
Editorial Catedra
360 páginas
Mary Wollstonecraft Shelley nació en Londres en 1797 y murió, en 1851, en la misma ciudad, a la edad de 53 años. Se casó con Percy B. Shelley, un escritor inglés que se encargó de la corrección y publicación de su novela más famosa y que recomendamos en este post: Frankenstein o el moderno Prometeo. Percy llevó a cabo la publicación de la novela ocultando el nombre de su autora; un procedimiento normal en aquella época, sobre todo teniendo en cuenta que era una mujer y que tan solo tenía 18 años cuando comenzó a escribirla.
Frankenstein o el moderno Prometeo pertenece al género de terror gótico, que se encontraba en plena decadencia en el momento en el que la obra vio la luz pero que consiguió resurgir gracias a ella. Frankenstein influyó en otras novelas que se escribieron posteriormente como la que en 1897 escribió el escritor irlandés Bram Stoker: Drácula.
El relato se postuló como uno de los padres del género de ciencia-ficción de la época moderna. Desde que se publicó, las versiones teatrales no han dejado de sucederse y ya se han producido más de 100 películas basadas en esta historia.
Frankenstein o el moderno Prometeo
¿Te pedí, Por ventura, Creador, que transformaras En hombre este barro del que vengo? ¿Te imploré alguna vez que me sacaras De la oscuridad? EL PARAÍSO PERDIDO, LIBRO X
Victor Frankenstein, un estudiante interesado por las ciencias naturales, siente el deseo de infundir vida a lo inerte y arrebatar a la Naturaleza y a Dios la esencia de su ser. Pretende engendrar una criatura perfecta mediante la unión de miembros mutilados, esperando que la suma de partes perfectas proporcionen un total perfecto.
Frankenstein logra materializar su deseo aunque el resultado obtenido le provoca una repulsión tan grande que se siente evocado a escapar, a abandonar su obra en el pasado.
El monstro, que para su creador ni siquiera goza de la dignidad suficiente para poseer un nombre propio, siente el deseo de amar y ser amado. Reside en su corazón un sentimiento de gratitud hacia el hombre que le dio la vida, aunque no reciba más que rechazo por su parte.
La sociedad tampoco es capaz de tolerar su terrorífico físico y dudosa naturaleza. A lo largo de la novela, se referirán a él como: engendro, ser nauseabundo, ser demoníaco… La degradación que recibe es paulatina y va erosionando su bondad. Su deseo de amar se va evaporando y va dejando paso al odio, venganza y destrucción. La autora pretende resaltar la idea de que el hombre es bueno por naturaleza. Está concebido para hacer el bien y para amar: solo lo mundano consigue desviar al hombre del sendero.
El monstruo centra la frustración de haber sido privado del amor del mundo en su creador. La vida del engendro adquiere una única dirección: destruir a Victor Frankenstein y a todos los elementos y personas que componen su mundo. Los actos negativos provocados por el monstro se suceden y van cayendo sobre la conciencia del científico.
Frankenstein solo será liberado del acoso de la criatura si le complace creándole un ser al que poder amar, es decir: creando otra criatura como él pero del sexo opuesto, en la que verse reflejado, donde encontrar amor, comprensión y consuelo. Frankenstein deberá tomar una decisión y afrontar sus consecuencias.