William Somerset Maugham. El filo de la navaja
Ed. Debolsillo, 2005
392 páginas
William Somerset Maugham nació en París en 1874 y murió en Niza en 1965, a la edad de 91 años. Fue novelista, dramaturgo y ensayista. Durante la década de 1930 se le consideró como el escritor más exitoso y rico del mundo. El propio George Orwell lo definió como “el escritor contemporáneo que más me ha apasionado”.
Entre sus obras más populares destacan: Of human Bondage (Servidumbre humana) y The Razor´s Edge (El filo de la navaja).
El filo de la navaja
“Arduo hallarás pasar sobre el filo de la navaja y penoso es, dicen los sabios, el camino de la salvación”. UPANISHAD KATHARA
En esta obra, Somerset Maugham nos presenta, en primera persona, la historia de Larry, un joven estadounidense que luchó en la primera guerra mundial, donde perdió a su mejor amigo en el campo de batalla. Al regresar a casa, nada es igual. Comprobar el horror de la guerra y la fragilidad de la vida humana provoca una profunda conversión en su interior. No puede evitar pensar continuamente en su amigo que una hora antes de morir estaba lleno de alegría y vida. La fiereza de la realidad lo convierte todo en terriblemente cruel y carente de sentido. Las circunstancias llevan a Larry a plantearse el significado de su existencia y a pensar si toda ella no es más que un trágico error de la fatalidad ciega.
Larry parece poseer todo lo que socialmente se estipula que hay que tener para ser feliz: juventud, salud, posición social, dinero, una mujer bella y dulce, un trabajo próspero y con proyección… Pero, aunque goza de todos estos favores, guarda un vacío interior tan grande que le impide ser feliz. Se siente impulsado a iniciar un viaje interior que se materializará a través de Europa y Asia; entre universidades, bibliotecas, monasterios… En busca de la paz interior y de respuestas a preguntas existenciales: ¿qué hago aquí? o ¿para qué vivo?, entre otras.
Durante este viaje en busca de sentido, Larry empieza a encontrarse con la felicidad que le aporta el sosiego, la caridad, el desprendimiento, la compasión y una actitud contemplativa. La felicidad viene provocada por la paz que experimenta en sus constantes encuentros con la Belleza, que abraza y compacta las piezas del mundo. Una “simple” puesta de sol es capaz de despertar en él “una emoción tan pura que me dan ganas de llorar” y a afirmar que “si hay un Dios en el cielo, nunca he estado tan próximo a él”. Es capaz de hallar y contemplar la Belleza a través de las formas, las líneas, los colores, la cultura…
Tras la exaltación que le provocan sus intensos encuentros con la Belleza, comprende que el sentido de su existencia reside en llevar una vida en la que poder influir y tocar el corazón de los demás. Larry termina por descubrir que el efecto de su empresa quizá no sea mayor que las ondas causadas en un lago por una piedra, en el que una onda produce otra y la segunda una tercera. Es consciente de que es remotamente posible que unas cuantas personas vean que el modo de vivir que elige comporta felicidad y paz y que ellos, a su vez, puedan enseñar a otros. Espera que algunas almas vacilantes, atraídas hacia él como mariposas por la luz, lleguen algún día a compartir su ardiente convicción de que el goce supremo únicamente puede ser logrado en la vida espiritual.