JAUME VIVES VIVES.- Ayer publicábamos la primera parte de una entrevista a Javier Barraycoa y hoy continuamos nuestra conversación hablando de otro de sus libros: Sobre el poder en la modernidad y la posmodernidad.
Hoy los estados modernos no se pueden permitir el lujo de tener a los ciudadanos con la sensación de que se les está controlando
¿Por qué hablar del poder?
En mi tesis doctoral (Poder de Dios, Poder de Estado; el protestantismo en la génesis de la modernidad política) arranqué una línea de investigación sobre el poder. Intenté demostrar que si no fuera por el protestantismo y su secularización no hubieran arraigado una serie de ideas claves para la teoría política de la modernidad.
¿Y en el libro continúas con el desarrollo de esta línea de estudio?
En este libro doy un paso más y lo junto con otras líneas de investigación. Hablo del poder en la posmodernidad. Las viejas estructuras políticas como los estados-nación que van decayendo con la globalización ya no cumplen con sus funciones o les cuesta muchísimo. Son estados endeudados y que están prácticamente en quiebra.
¿Quién sustituye entonces a estos estados?
Los estados posmodernos.
Para que pueda entenderlo…
Van a cobrar muchísima importancia los mecanismos de control social que no sean los clásicos que tenía el poder. Antes estaba el poder judicial, el poder policial, la violencia, el control de la violencia… Hoy los estados modernos no se pueden permitir el lujo de tener a los ciudadanos con la sensación, conscientes, de que se les está controlando constantemente. Sin embargo el control social que ejerce el poder político es mucho más alto que el de hace 20 años. Cuanto más avanza la tecnología más fácil es para el Estado controlar.
El control social que ejerce el poder político ahora es mucho más alto que el de hace 20 años
¿El libro estudia estos mecanismos de poder y de control?
Sí. Principalmente hay 2. La creación de estructuras mentales y la creación de simples estructuras valorativas no asociadas a la racionalidad sino a la emotividad.
¿Podríamos desarrollar un poco más estos dos conceptos?
Cuando hablamos de estructuras mentales nos referimos a la creación de imaginarios. En todas las sociedades se crean imaginarios sobre la realidad. Por ejemplo, la gente piensa que ser feliz consiste en ver la televisión, tener una lavadora…
Quien controle los imaginarios sociales controla la sociedad
¿Y tan importantes son estos imaginarios sociales?
Si te dicen que un modelo vital existencial es consumir marcas y esto penetra en ti como imaginario vital para evitar una frustración existencial al final desesperadamente buscarás consumir marcas. Y si este sistema se hace a nivel global el poder es aún mayor. Para el control político el poder siempre tiene que legitimarse y la forma de hacerlo es que la gente asocie como bueno todo lo que emana de él y como potencialmente peligroso todo lo que no emane del poder político.
¿Y las estructuras valorativas simples?
A partir de lo que te he explicado antes se crean estructuras valorativas simples de lo que es bueno y de lo que es malo, de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer. Pero esto no se hace a nivel de una educación racional. El mejor ejemplo son los telediarios, que no educan racionalmente a la gente si no que lo hacen a través de asociaciones de imágenes, sentimientos y pequeñas claves valorativas. Es a partir de ahí cuando se puede conseguir que la gente se vuelva “solidaria” o que la gente se haga “ecologista” y vaya adquiriendo una estructura valorativa e imaginativa sobre lo que es la realidad.
¿Cuándo dices ecologistas y solidarias entre comillas a qué te refieres?
Hemos de pensar que un ciudadano medio la mitad de lo que gana a lo largo del año se va en impuestos para el Estado, para que luego el Estado con este dinero ejerza la labor solidaria. Pero como el Estado, a pesar de cobrar el 50% de impuestos, no puede ejercer esta labor solidaria ha de convencer a la gente para que lo supla haciendo más donativos.
En la posmodernidad el control del poder político es mucho más efectivo porque es invisible
¿Y nadie lo ve esto?
En un sistema racional tendríamos que decir: “oiga, con lo que le damos de dinero al Estado no tendría que haber pobres, tendrían que estar resueltos todos los problemas de solidaridad”. Pero el Estado sabe que una sociedad no puede vivir sin valores ni sin conciencia de colectividad y por tanto estos mecanismos (solidaridad, ecología) ayudan a crear conceptos relacionales, conceptos que nos hagan sentir identificados con colectivos, con la naturaleza, y esto nos crea un sentimiento de bondad, de que estamos haciendo algo bueno.
¿El Estado nos empuja a ser buenos?
El Estado no hace esto para que seamos buenos, lo hace porque necesita que yo tenga este tipo de conciencia, precisamente para que no me rebele contra el Estado y no desvelar sus carencias.
Si de entre todo el libro tuvieras que escoger el mecanismo de control social más presente en nuestros días, ¿cuál sería?
Hay muchos pero te pondré 2 ejemplos de los más sutiles y efectivos. El primero son las campañas de tributación. Cada año, cuando toca hacer la declaración de renta, el Estado solo hace un breve recordatorio y te dice que “Hacienda somos todos” -cuando Hacienda es el Estado y nosotros somos los que le pagamos-, pero la gente se pone en marcha y 14-15 millones de contribuyentes se encargan de cumplir todos los plazos sin necesidad de que haya un seguimiento. El mecanismo de control es tal que basta una pequeña campaña para que 14 millones de personas hagan lo que no quieren hacer, que es dar su dinero al Estado.
¿Y el segundo?
Las campañas de tráfico son muy sutiles. Normalmente en publicidad está prohibido que aparezca la muerte, pero no es así en los anuncios de seguridad vial, que si uno se fija verá que juegan con todos los elementos afectivo-sentimentales: la Navidad, que es muy bueno que veas a tu familia (tiene gracia cuando por un lado el Estado favorece el divorcio exprés y por el otro te hace creer que es muy importante que toda la familia esté unida por Navidad) o bien te simula accidentes terribles en los que mueren niños.
¿Qué consigue con esto el Estado?
No lo hace porque nos quiera mucho y no quiera que nos matemos. Lo hace porque sabe que parte de su legitimación es que mantiene el control social, por tanto la seguridad, y nos da a entender muy indirectamente que sin él nos mataríamos. Las campañas viales se hacen también debido a la presión fortísima de las grandes aseguradoras, donde se sabe que el gasto de las aseguradoras por accidentes de coche era tan brutal que podía ponerlas en peligro y quebrarlas.
Aquí puedes leer la tercera parte de esta entrevista: “El nuevo capitalismo funciona porque la gente vive la cultura de lo inmediato” Javier Barraycoa