Empieza la jornada “Valors i política: Construïm”, organizada por INEHCA, el think tank the Unió Democrática de Catalunya, el fin de semana del 22 y 23 de noviembre en el hotel Crowne Plaza. Muy pronto para ser sábado, a las ocho y media, se empiezan a repartir las acreditaciones. Hoy va a hablar Enrico Letta, ex primer ministro italiano y nadie se quiere perder ni una palabra de lo que diga. Reparten también pinganillos donde escuchar la intervención del democristiano italiano. Va a hablar en un perfecto inglés y los jóvenes prescinden de ellos, algún mayor incauta tiene que volver a que le dejen uno porque en su época en la escuela solo se aprendía francés.

Empieza el acto y después de una breve presentación comienza la intervención del Letta. Tras dos palabras chapurreadas en español y la promesa de que otro año hará esta presentación en este idioma o incluso en catalán, empieza con su exposición.
“Construïm es compromiso, es un acto de libertad, es ser paciente y no caer en la confrontación que nos propone el populismo”
Un populismo que conoce bien en Italia, y que critica con dureza consciente de que está cogiendo fuerza en España. Un populismo que, para él, “necesita de un enemigo para sobrevivir”. “El nombre de ‘construyamos’ es muy oportuno, porque debemos trabajar todos juntos para construir, huyendo de frontismo”. Una construcción que debe empezar por una mejor Unión Europea “que ya no tenga tanta mala fama por relacionarse con impuestos y regulación, sino que sea sinónima de ‘oportunidad’”.
A mitad presentación llega Duran i Lleida, líder y promotor de la jornada. Con su peculiar forma de caminar, con la barbilla alzada y pasos largos casi militares, de quien sabe que le están mirando y quiere dar una buena impresión, cruza la sala hasta la primera fila, coge asiento y se dispone a escuchar a su amigo y compañero del Partido Democrático Italiano.
Acaba la intervención y se oyen aplausos. La exposición de Letta parece haber convencido al público. Unos espectadores eminentemente mayores. Aunque la cantidad de jóvenes no es desdeñable.
Letta baja del atril y en breves minutos ya están los siguiente ponentes ocupando los asientos del escenario. Una profesora de universidad, el presidente del Banco de los Alimentos, el director de Cáritas Barcelona y un economista toman el protagonismo. Están todos de acuerdo: hay que construir la “sociedad del bienestar”, pues “el estado del bienestar tiene aluminosis, se construyó rápido y corriendo y no se hizo bien”, asegura el economista Guillem López Casasnovas. Todos coinciden en la idea. “El estado del bienestar no hay quien lo pague, hay que construir una sociedad del bienestar”, sostiene otro ponente, aunque a nadie se le ocurre definir en qué consistiría tal “sociedad del bienestar”.
Terminan las ponencias y llega la hora del café. Los conferenciantes y espectadores abandonan en masa la sala para dirigirse a otra contigua. Unas galletitas de te con formas varias les esperan. Se forman grandes colas para conseguir una taza de café aguado y la gente habla sin disimulo de todo tipo de temas. Como no puede ser de otra manera, la consulta es uno de los más cotizados.
Los problemas de financiación del Estado no se solucionan con políticas confiscatorias
Después del coffe-break, le toca a los economistas hablar sobre “una economía del bien común”. Ramón Adell, catedrático de Economía por la Universidad de Barcelona y presidente de la Sociedad de Estudios Económicos, sostiene que “los problemas de financiación del Estado no se solucionan con políticas confiscatorias” y que, a veces, la clave está en cómo se distribuye el dinero recaudado. Adell también defiende ante el público que “el gasto de un quilómetro de AVE equivale a 20 guarderías” y que “el mundo financiero debe hacerse preguntas morales”. “Todos debemos luchar por un nuevo modelo económico que persiga el bien de la sociedad”, asegura el economista.
También se habla del sistema fiscal. Un sistema “injusto, ineficaz e incluso inconstitucional” para Antonio Durán-Sindreu, presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales durante más de 8 años. Durán-Sindreu constata también que “España es el tercer país con más presión fiscal en el mundo laboral”. Una presión insostenible para él, que debería reformarse y “cargar más al capital y no tanto al trabajo”. Una reforma que pasa por “entender que la fiscalidad fracasará si se cree que es únicamente un instrumento para conseguir cubrir el gasto”. Una política fiscal que requiere también de una mayor transparencia, “donde muchas veces la clave no está en pagar más impuestos sino en distribuirlos mejor”.
Llega la hora de la comida. Los 20 euros de la inscripción, algo menos para los menores de 25 años, incluían este ágape de pie con pequeños bocaditos preparados con mucho estilo y finura. Alta delicatessen, sobre todo en los postres, muy comentados entre los comensales. Un momento en el que hablar con los ponentes de forma personal. Pero en el que muchos brillan por su ausencia. Ni Letta ni Durán i Lleida aparecen.
Los jóvenes tenemos un gran sentimiento de indignación
A las tres y media de la tarde empieza el turno de los jóvenes. Y las líderes democristianos siguen sin aparecer. Bernat Mallén, presidente de la Federación Nacional de Estudiantes de Catalunya (FNEC), apunta que los jóvenes “tenemos un gran sentimiento de indignación” pero “no debemos culpar de nuestros fracasos a los demás”, sino más bien, “ver qué hemos hecho mal y procurar mejorarlo”.

Para el joven analista político Nacho Corredor, el futuro también pasa por más democracia y por que se castigue más la corrupción pues esta “no viene tanto por la tradición picaresca, como algunos dicen, sino porque durante mucho tiempo no se ha castigado”, con lo que “siguen habiendo pocos desincentivos para los corruptos”.
Se dan turnos de palabra a la fila 0, invitados de la sociedad civil que tienen unos 2 minutos para exponer su particular forma de interpretar la realidad que los ponentes han expuesto. Un joven de unos 27 años se levanta. Asegura ser joven emprendedor de tradición. Él es la tercera generación de emprendedores en su familia. Tres generaciones que han mantenido y hecho crecer una empresa familiar de alta joyería que sigue viva pese a que no hay mercado en nuestro país y a que tienen que vender el 99% de lo que producen al extranjero. Después de comentar su experiencia personal, se lamenta de que nada de lo dicho por los jóvenes lo hayan escuchado los mayores que antes sí habían escuchado a Letta y a los profesores de universidad. De hecho, la media de edad ha descendido considerablemente en comparación con la mañana y así lo resalta. Ni Duran ni Letta aparecen durante toda la tarde.
Llega la mañana del domingo y con ella las últimas intervenciones. Toca hablar de virtudes en la política e invitan a la filósofa Margarita Mauri y al Presidente de e-Cristians y ex Conseller de Agricultura, Josep Miró i Ardèvol.

Miró aboga por “la re-fundación del partido”. Una re-fundación que pasa por “organizar una comunidad, con una dinámica externa que lo empuje”. “Creo que la regeneración desde dentro no es posible”, asegura Miró.
Afirma también que “nadie cree en lo que dicen los políticos” y es que la credibilidad “solo es posible ganarla dando testimonio, con actos concretos”. Parafraseando a Burke, sostiene que “solo hace falta que las personas buenas actúen para que triunfe el bien”.
Una re-fundación política que para Miró pasa por que la política se acerque a la gente.
“No puede ser que la política viva dentro de sus muros y sin tener contacto con la ciudadanía. Y que los pocos contactos que tenga solo sean en grandes actos y rodeada de medios de comunicación”, asegura el presidente de e-Cristians.
La política para el líder cristiano debe ser cercana y “debe estar vinculada al bien común”, y es que “la finalidad principal debe ser servir a la gente” y no a los propios intereses.
Toca cerrar el acto y eso siempre lo hace el anfitrión. Y como tal, Duran hace los honores. Empieza su discurso asegurando que va a ser largo. Y cumple su palabra.
“Vivimos una crisis social, donde los que tenían menos todavía tienen menos y donde los que tenían algo, las clases medias, también lo han perdido”, haciendo la desigualdad cada vez más visible, sostiene Duran.

Problema con difícil solución y que pasa, para Durán, también por un cambio en la manera de hacer política. “Los políticos últimamente parece que hagamos todo lo posible para auto-destruirnos, dando permanentemente un spot gratuito a Podemos”, solo haciendo “uso de la confrontación permanente contra el adversario”, sin “sentarnos a hablar y discutir sobre cómo mejorar la vida de nuestros ciudadanos”. Una política que, para el líder democristiano, debe darse cuenta de que no solucionará sus problemas una vez pase la crisis, pues “hemos perdido la confianza los ciudadanos”. “El término ‘casta’ sobrevivirá a la recuperación económica”, insiste Duran.
Hoy todo es viejo, todavía no tenemos lo nuevo, pero tenemos que construirlo
“¿Qué podemos hacer nosotros ante la crisis mundial?”, pregunta el portavoz de CiU en el Congreso. “Construir una respuesta para mejorar la sociedad, con la ayuda de la sociedad civil, de los movimientos social cristianos, huyendo de frontismos y de la confrontación, luchando para trabajar todos juntos”, pues, citando a Gramsci “hoy todo es viejo, todavía no tenemos lo nuevo, pero tenemos que construirlo”.
Una construcción que, para él, “debe tener como base la familia, verdadero y principal motor de la sociedad”. Una institución que, reconoce, “no ha sido defendida y apoyada como se debería por parte de los poderes políticos”.
Acaba el acto con la promesa de que pronto habrá más. Algunos aseguran en los corrillos que será para enero. Otros creen que este ha sido el primer paso la re-fundación del partido o para la fundación de uno nuevo. Los medios al día siguiente aseguran que Duran ha impulsado una nueva plataforma llamada “Construïm”, pero nadie recuerda que los partidos que se han credo en los últimos 10 años han empezado siendo una plataforma.