Crisis económica, discriminación, desigualdad y pobreza. Cuatro problemas que marcan nuestra agenda y para los cuales nuestros políticos no tienen una solución clara. ¿Hay alguna respuesta desde el social-cristianismo? Eso se preguntaron Josep Miró i Ardèvol, Benigno Blanco, Francesc Torralba y Joan Iglesias en una jornada organizada por e-Cristians y FundSocial el pasado sábado 13 de diciembre. ¿Cuáles fueron sus propuestas?
Francesc Torralba y la discriminación: los jóvenes, los más perjudicados
Torralba es filósofo y teólogo, además es catedrático de Ética y Filosofía de la Universidad Ramón Llull. Colabora como tertuliano y columnista en algunos medios de comunicación catalanes y españoles
La discriminación, un problema social
La discriminación es un problema social que si se aplicaran las leyes actuales no haría falta hacer nada para erradicar. La administración ha de distribuir con justicia atendiendo al más vulnerable. Pero no dando a todo el mundo lo mismo: la homogeneidad es injusta, hay que dar a cada uno según lo que le corresponde.
Hacer visible a los vulnerables
Por eso hay que centrarse en los más vulnerables, en aquellos que si no intervenimos sabemos que no pueden seguir. Pero potenciando la autonomía y no la dependencia del Estado, que tampoco sería una ayuda. ¿Qué es lo primero que hay que hacer para ayudar al más vulnerable? Hacerlo visible, porque si no no se podrán resolver sus problemas porque no se conocen.
Los jóvenes, los más vulnerables
¿Quiénes son los más vulnerables? Actualmente los jóvenes, que si no fuera por la protección de su familia serían unos indigentes. Con minijobs muy precarios tardan mucho en independizarse y los que son buenos se van fuera a buscarse la vida. ¿Qué futuro nos espera si se va el talento?
Benigno Blanco y la familia: ya nadie sabe qué es un matrimonio
A la derecha de la imagen, Benigno Blanco durante la jornada, es presidente del Foro de la Familia, vice-presidente de la fundación de ayuda a las mujeres embarazadas Red Madre y uno de los impulsores de las manifestaciones en contra del aborto organizadas en Madrid estos últimos años. Fue secretario de estado durante el gobierno de Aznar y es abogado.
Casi nadie sabe ya lo que es el matrimonio
La gente no sabe qué es el matrimonio. El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Y esta unión tiene la capacidad de fructificar y tener hijos. Por eso este tipo de unión es importantísima y tiene relevancia social. Porque es la cuna de la sociedad, es donde todos nacemos y nos desarrollamos hasta llegar a ser adultos. Una relevancia social que no tienen las uniones entre homosexuales, donde hay sexo y afecto, es cierto, pero no tienen más trascendencia social, con lo que el estado no tiene que meterse.
No se puede legislar el matrimonio en función del divorcio
El estado debe proteger y promover el matrimonio tal y como lo entiende la doctrina social de la Iglesia. Sabemos que no todos los matrimonio son para siempre, pero, ¡qué bueno sería que lo fueran! Con lo que el estado no debe legislar conforme a que los matrimonio se rompen, por mucho que se rompan, eso es tan absurdo como legislar el contrato laboral en función del despido. Hay que legislar en función del camino que es el matrimonio.
Invertir en familia: ahorrar en prestaciones sociales
La familia es, además, la forma de ayuda social más eficaz y eficiente que hay porque añade elementos como el cariño y la gratuidad. Gastar dinero en la estabilidad de la familia significa también no tener que gastar más dinero porque esta se rompa: el divorcio genera pobreza y la pobreza genera gasto público.
La ideología de género
Hoy en día las ideologías ya no proponen un modelo de sociedad o de estado, como el socialismo o el liberalismo, sino un modelo de persona. Eso es justamente la ideología de género. Una ideología que propone un revolución cultural que en España tomó fuerza con las reformas de Zapatero en materia de matrimonio homosexual, aborto, etc. Con el PP se están consolidando porque no las han cambiado.
Joan Iglesias: ¿Cómo sería una visión cristiana de la fiscalidad?
A la derecha de la imagen, Joan Iglesias durante su intervención. Iglesias es abogado y ex inspector de los hacienda. Actualmente trabaja como asesor de la Generalitat. Su principal proyecto es el diseño de un modelo de administración tributaria para Catalunya
Los impuestos según los Evangelios
Jesús pagaba sus impuestos y legitimó y aceptó que el poder político los cobrara. Sobre todo con su famosa frase “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. En otra parte Juan el Bautista le dice a unos cobradores de impuestos que no cobren ni exijan más de lo establecido. No les dice que dejen de cobrar impuestos, algo legítimo, sino que no sean corruptos.
La conciencia fiscal, el mejor sistema posible
El sistema más eficiente es la conciencia fiscal, en el que los ciudadanos sienten que con los impuestos contribuyen al bien social. En este sistema hay menos fraude que en los que se basan en el castigo para aquellos que no pagan. La conciencia fiscal es más efectiva que la contribución por miedo a la sanción.
Prevenir la corrupción
Los administradores que reciben los impuestos no deben considerar lo que les llega como algo suyo, deben saber que son eso, administradores. Y como tales deben gestionar los recursos que son y deben estar dirigidos a la sociedad.
Josep Miró: estamos mal gobernados
A la derecha, Josep Miró, presidente de e-Cristians y ex conseller de la Generalitat de Catalunya. Fue miembro fundador de Convergència Democrática de Catalunya, organización que abandonó por desavenencias ideológicas. Ahora es impulsor de decenas de proyectos de apoyo a los más necesitados. Entre otros Barris Solidaris, FundSocial y proyectos de ayuda a jóvenes en peligro de exclusión social
Aunque me duela…
Estamos mal gobernados, por mucho que me duela decirlo. Vivimos en una gran incertidumbre política, económica y social. Nos hace falta una nueva política. Esta debe estar marcada por el diálogo y la concordia. Estamos cansados de políticos que solo hacen que discutirse entre ellos de una forma cainita y sistémica.
Necesitamos un sistema más eficiente
De 100 euros que pagamos en impuestos, solo una pequeña parte se va a prestaciones reales para los ciudadanos, el resto se queda por el camino. El departamento de educación de la Generalitat, por ejemplo, es 7 veces más ineficiente que el de bienestar y, este, a su vez, 7 veces más ineficiente que Cáritas. Con lo que el dinero que se invierte en la ONG de la Iglesia Católica es manifiestamente más aprovechado que el de la administración.
Nuevo movimiento social
Quiero que se forme un movimiento social de raíz cristiana capaz luego de llegar a las instituciones políticas, ya sea directamente o a través de otros.