Carlos Marmelada es filósofo, profesor y escritor de ensayos. Ha publicado numerosos libros. Entre ellos el recién publicado El dios de los ateos (Stella Maris).
Primera parte haciendo click aquí
Segunda parte haciendo click aquí
En esta tercera parte Marmelada nos demuestra que, a diferencia de lo que aseguran los ateos, la existencia del mal o de los genocidios como los de Auswitch no demuestran que Dios no existe:

(Última pregunta de la parte anterior)
Pero en algo se tiene que sostener el ateísmo de tanta gente…
Hoy a los ateos el único argumento que les queda es el del mal. Me pueden decir, mira Carlos, tú me estás hablando de un Dios amor, de un Dios que es padre… Pero, ¿y Auswitch?… ¿Cómo unos seres humanos pertenecientes a una cultura ilustrada pudieron llegar a hacer eso? ¿Cómo permite Dios que sucedan estas tragedias y por qué no lo impide? Si Dios es creador y perfectamente bueno, ¿por qué no impide que se muera un niño de apenas unos meses de cáncer? Esto lo dice Camus: “no puedo aceptar un Dios que permite que muera un niño…”. Ese Dios no existe, me pueden llegar a decir. En el libro de El Dios de los ateos se prueba que la existencia del mal no solo no es una prueba válida de que Dios no existe, sino que es una prueba de que sí que existe.
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Para que exista el mal tiene que existir el bien
Es algo que puede ser sorprendente….
Sí. Pero es que para que exista el mal tiene que existir el bien. El mal es una deficiencia del bien. El mal necesita del bien. El bien no necesita del mal. El mal es dependiente. Decimos que una bici es mala porque tendría que funcionar de una forma, tendría que cumplir una serie de funciones que la definen como tal (pedalear, desplazarnos) y que son buenas, pero que esa bici, que es mala, no tiene. Con lo que el mal depende de que haya un bien anterior: las funciones de la bici. Si entendemos por Dios aquel que tiene todas las perfecciones en grado sumo, con lo que también es perfectamente bueno, lo malo es simplemente la ausencia de este bien. Y si el fundamento del bien relativo es el bien absoluto, el bien absoluto es Dios.
Mira este vídeo de apenas un minuto y veinte segundos para entender mejor este argumento:
Pero, aun así, ¿por qué Dios acepta el mal?
Todo lo que Dios crea es limitado porque el único ser perfecto es Dios. El resto de seres son limitados. Dentro de esas limitaciones, hay más y hay menos. En cuanto a las personas… Nosotros podemos hacer cosas buenas y cosas más limitadas. Y hay cosas tan limitadas y alejadas de las buenas que las denominamos malas. Auswitch existió fruto de la acción humana, porque unos seres humanos usaron mal su libertad. En vez de utilizarla para hacer el bien y para dignificarse, la utilizaron para hacerse mal ellos y para hacer el mal a los demás. Dios no es la causa de esa acción. Dios es la causa de los agentes que hacen estas cosas.
Y, ¿por qué no creó Dios a los hombres perfectamente buenos para que no hicieran esas cosas tan malas?
Porque ya no serían libres. Y sin libertad no seríamos hombres.
Pero entonces de alguna forma Dios ha creado el mal o es causa de ese mal…
No, Dios ha creado una creación que no es perfecta en todo, porque entonces sería el propio Dios. Y entre esa creación ha creado a unos seres libres e inteligentes que pueden utilizar mal su libertad. Dios conoce el mal y lo consiente. Ahora bien. Igual que existe el bien absoluto, el mal absoluto no existe. Cuando alguien asesina a otra persona hace un mal, pero busca un bien. Por ejemplo, que le hayan pagado por hacerlo (el “bien” sería el dinero) o que lo haga por venganza. Esa persona ha hecho un mal, pero no un mal por el mal sino buscando una especie de bien. Ya sea el dinero o el pseudo-placer espiritual que da la venganza.
¿Pero se puede llegar a sacar algo bueno de todos esos actos?
Incluso de las cosas más horribles, como Auswitch, se han sacado cosas buenas. Un ejemplo son los actos heroicos que se vivieron en esos campos. Los españoles de Mauthausen, para salvar a los que estaban más enfermos y para poder sobrevivir con las raciones de comida que les ponían, daban a los más débiles una pequeña cucharada de sus miserables porciones que, de cucharada en cucharada, se convertía en algo suficiente como para mantenerlos vivos. Hay que tener muy claro cuánto quiero a las otras personas para que yo, en peligro de muerte por inanición, renuncie a un poquito de la escasísima comida que tengo para salvar a otro que no se ni siquiera quien es. O la cantidad de gente que escondió a judíos buscados por la GESTAPO arriesgando su vida y la de su familia… Incluso de los actos más viles se producen actos de bondad extrema.
El ateísmo hoy en día no es ni frío ni caliente
¿Cómo es el ateismo de hoy en día?
El ateismo de antes era un ateismo militante. En el siglo XX el ateísmo se vuelve más intelectual pero sin dar grandes argumentos, como ya hemos visto. Ahora es muy distinto. Es un ateismo por indiferencia. Dios no existe porque yo creo que otros ya han demostrado su inexistencia (aunque ya hemos visto que no es así). Para el ateísmo de hoy hay que vivir como si Dios no existiera. Es un ateísmo ni frío ni caliente. Y con este tipo de ateo es muy difícil dialogar.
¿Como se puede entonces llevar a cabo la Nueva Evangelización?
Si el interlocutor es pasivo puede llegar a ser difícil. En la quinta parte del libro se hacen varias propuestas. En primer lugar, por muy indiferente que sea la persona, sigue siendo un ser humano. Y el ser humano tarde o temprano se acaba planteando cosas trascendentes… El hecho de la muerte, el sufrimiento… Al indiferente también le tocan, le interpelen y se acaba planteando su sentido. También es clave la forma que tenemos de hablarles. Debemos hablarles principalmente de aquellas cosas que nos unen y no tanto de las que nos separan y nos dividen. Ha de ser un diálogo desde un punto de encuentro. Porque no podemos mover a otro de posición si no nos acercamos. Si hablamos desde lejos al otro, este nunca va a ver por qué vale la pena moverse de posición.