JAUME VIVES VIVES.- En nuestra entrevista de hoy, que hemos dividido en 4 partes que publicaremos a lo largo de esta semana, hablamos con Javier Barraycoa, profesor universitario, Doctor en Filosofía y especializado en Sociología General, Ciencia Política y Psicología Social.
Avisé de que Europa iba a entrar en crisis demográfica
¿Cuándo publicaste tu primer libro?
Mi primer libro es de 1998 y se titula La ruptura demográfica. Es un análisis de los cambios demográficos. En ese momento la tesis era muy novedosa porque en el año 98 no se hablaba de crisis demográfica en Europa. Todos los demógrafos oficiales de universidades o de diferentes administraciones públicas afirmaban que Europa demográficamente estaba bien y que por lo tanto las políticas anticonceptivas no iban a afectar al futuro de Europa.
¿Y qué investigaste para escribir este libro?
Estudié las proyecciones demográficas y avisé de que Europa iba a entrar en crisis demográfica y que por tanto tendría que recurrir a inmigración masiva para poder cubrir los déficits. Han pasado 20 años y se ha cumplido perfectamente lo que se planteaba en el libro.
¿Qué consecuencias traían todas esas políticas que se estaban aplicando?
Una lógica cultural del comportamiento demográfico en los pueblos y civilizaciones que llevaban a una debacle. Un ejemplo eran las políticas anticonceptivas.
¿La consecuencia última de la ruptura demográfica cuál es?
La consecuencia última es la imposibilidad de mantener el estado de bienestar en los estados modernos y la aparición de flujos masivos de inmigración que arrastran consigo transformaciones culturales porque no pueden ser asimilados por las sociedades receptoras. Y es eso lo que hundirá culturalmente a los países receptores de inmigración.
Tu siguiente ensayo fue El trabajador inútil. ¿Qué temas tratas en este libro?
Este libro se escribe cuando de golpe y porrazo se empieza a hablar de la globalización. Este es un concepto muy reciente, 15-20 años, y es una ruptura conceptual muy potente. Hasta ese momento se defendía el papel de los estados nación en el orden político y de repente se nos dice que esos estados tienen que disolverse y dejar paso a la economía globalizada que es la que determinará las nuevas dinámicas.
Cada vez se educa menos en la cultura propia y más en una especie de falso multiculturalismo
¿Y en que afectan esas nuevas dinámicas a la persona? ¿qué son?
En el libro se hace un estudio de cómo esto influye o va a influir en el sentido del trabajo. Se pronostica que el trabajo cada vez será más inestable, cada vez habrá más paro, más dificultades para encontrar trabajo y sobretodo a lo que la globalización va a llevar es a un nivel de movilidad tan elevado que obliga a que la gente no pueda arraigarse y que por tanto se “desculturice”. En cierto sentido en la cultura actual, en la educación actual, cada vez se educa menos en la cultura propia y más en una especie de falso multiculturalismo que en el fondo lo que hace es desarraigar a la gente.
¿Qué es lo que sucede cuando desarraigas a una persona?
Una vez desarraigada la gente porque no se siente identificada con nada es más probable que pueda haber movilidad laboral y por tanto más explotación.
¿Cuándo tu escribes este libro esto ya está pasando?
Esto ya estaba ocurriendo, de hecho lo que se llamaba estabilidad laboral, es decir, la posibilidad de empezar a trabajar en un sitio, jubilarte en esta misma empresa y trabajar en tu misma ciudad es algo ya prácticamente imposible desde hace 20-30 años, cuando todavía se podía. El modelo del “viejo capitalismo” funcionaba con esta perspectiva: la economía está al servicio de la sociedad y no al revés.
El gran peligro hoy día es que desaparezca el concepto de parado
¿Y a qué nos enfrentamos hoy día?
Se nos dirá: “en el mundo no hay paro, lo que pasa es que tienes que ir a buscar trabajo fuera de tu país”. Te dirán que puedes irte o a Siria, o a África o a Oceania… y allí encontrarás trabajo, y que por tanto el Estado no tiene porqué pagarte ni paro ni subsidio. El paro será un concepto a extinguir.
¿Hay indicios de que caminamos hacia eso?
No es casual la insistencia en que sepamos idiomas, que aparentemente es algo bueno para la persona pero que detrás esconde un proyecto de globalización donde lo económico domina la vida social, familiar y personal. Esto es algo que practican muchas multinacionales.
¿Qué hacen las multinacionales?
Muchas multinacionales mueven a la gente pero no por que necesiten moverla sino como una estrategia para que se desarraiguen de su población, de su familia. De esta forma consiguen que se sientan más vinculados con la empresa que con su propia estructura social.
Hace poco salió en las noticias que Google y Facebook a sus trabajadoras les pagaban la congelación de óvulos para que retrasaran su maternidad y así fueran más productivas…
Buena parte de las cosas que aparentemente son beneficios para el trabajador en el fondo son estrategias que quieren servir a las grandes multinacionales. Por ejemplo los famosos googlers, que son los trabajadores de Google, tienen espacios laborales muy amplios con todo tipo de servicios. Puedes llevar el coche al taller, te tramitan papeleo, tienen guardería y lavandería… A simple vista parece que sea un chollo trabajar en estos sitios pero al final lo que consiguen estas multinacionales es que la gente esté 13-14-15 horas trabajando para la empresa. “La familia es la corporación” esta es la filosofía.
Ahora nos parece que es muy lógico que alguien tenga que abandonar a su familia para buscar trabajo
¿Y el fin último de todo esto cuál es?
Convertir al trabajador en un instrumento de la economía. El trastoque de los conceptos económicos en 20 años ha sido tan brutal que ahora nos parece que es muy lógico que alguien tenga que abandonar a su familia, su país, etc. para buscar trabajo.
Y esto debe afectar a las familias…
En EE.UU se ha calculado que un gran número de divorcios están relacionados con la movilidad laboral. EE.UU es el país modelo que se quiere seguir. Cada año cambian de trabajo un 18% de los trabajadores.
Aquí tenéis la segunda parte:
“El control social que ejerce el poder político es mucho más alto que hace 20 años” J. Barraycoa